Entender el mensaje del dolor
El dolor no es un enemigo y tiene una razón de ser, de hecho si supiéramos interpretarlo lo consideraríamos como un aliado.
El dolor aparece porque tu cerebro decide mandarte un señal para protegerte ante un daño o peligro. Por esa razón, no es necesario tener una lesión para sentir dolor, por eso muchas veces «no se ve nada» en la radiografía o resonancia magnética, esto no significa que tu dolor no sea real. También existe el caso que tu cerebro no percibe daño en un tejido, puede que no sientas dolor aunque tengas una herida o lesión, por ejemplo si estás sometido a niveles altos de adrenalina en este momento, no notarás dolor aunque estés consciente de la lesión.
Algunas veces incluso, el dolor persiste tras haber sido sanada la lesión o aunque el miembro lesionado ya no esté.
El dolor es un mensajero, si lo erradicamos antes de entender su mensaje, perdemos la oportunidad de corregir algo que estamos haciendo mal o que nos perjudica.
A veces es necesario pararse y preguntarse ¿Qué sucedía cuando sentimos el dolor por primera vez? ¿Qué empeora el dolor? ¿Qué mejora el dolor? ¿Qué aspectos de mi vida están alterados por el dolor? Podemos trabajar con la mente para facilitar la salida de esta fase. Algunas de las herramientas son:
Mantén a tu cerebro activo y positivo, para eso descansa bien, respira bien y piensa bien. Es necesario ralentizar el flujo constante de pensamientos circulares, estresantes y negativos, necesitamos dentro de lo posible seleccionar qué pensamientos queremos tener y siempre elegir pensamientos altruistas,
Mantén también tu cuerpo activo. La actividad física y las buenas posturas participan a la mejora del estado anímico y a una mejor oxigenación. Trataremos en un próximo articulo la importancia del oxigeno para paliar el dolor.
¿Debo moverme si me duele? Depende.
Las fases más agudas de dolor impiden cualquier tipo de movimiento, en este caso la prueba es saber parar. Una vez que esta fase de aguda se ha terminado y puedes moverte un poco tienes que hacerlo, las posturas prolongadas son terribles para tu cuerpo; debes moverte dentro de lo que tu cuerpo te permite, aceptando que algo de molestia habrá.
Truco: Si hay movimientos que a causa del dolor no puedes hacer, imagina que los haces sin sentir dolor. Los estudios sobre la neurociencia muestran que imaginar un movimiento influencia al cerebro de una manera muy similar a la que haría si de verdad se hiciera ese movimiento. Este sencillo truco va a ayudar a tu cerebro a entender que ese movimiento no peligroso y deja de alimentar la sensación de dolor. También si no puedes ponerte de pie, haz pequeños ejercicios sentado, o si no puede hacer ejercicios con impactos elige hacer ejercicios en el agua.
El atención quiropráctica con sus ajustes especificados pueden ser muy importante para ayudarte a restablecer la movilidad pérdida.
El objetivo principal de la atención quiropráctica es mejorar el movimiento y función de tu sistema neuro-músculo-esquelético. Esto es muy importante porque mediante la comunicación con los mecanorreceptores tu cerebro puede entender mejor lo que está pasando en la columna y en el resto del cuerpo.
Los estudios científicos indican que el cuidado quiropráctico ayuda a las personas que sufren dolor de espalda y dolor de cabeza.
El quiropráctico puede no ajustar donde el dolor está y eso puede sorprender, porque busca las partes del cuerpo y de la columna que están desalineadas para ajustarlas y mediante estos ajustes restablecer la homeostasis.
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