Las otras dolencias del covid-19

 

Esta fase prolongada de trabajar o de aislarse en casa debido a la pandemia de la COVID-19 probablemente está poniendo presión en su espalda. Las malas posturas por estar sentado por períodos más largos de lo normal la disminución o ausencia de actividad física son, frecuentemente, causa de dolor de espalda.

 

La mayoría de los dolores de espalda se pueden evitar o minimizar si permaneces activo y evitas las posiciones y las actividades que puedan aumentar o causar el dolor – incluye: levantar objetos pesados inadecuadamente, la mala postura en su estación de trabajo o posiciones al dormir en colchones que contribuyen a los dolores crónicos.

El ejercicio regular puede ayudar a reducir la tensión general en la espalda baja. Hacer ejercicios regularmente también le ayuda a recuperarse más fácilmente de las lesiones.

El exceso de peso también contribuye al dolor de espalda. Para proteger su espalda, es importante mantener un índice de masa corporal (IMC) saludable – una medida que utiliza su estatura y su peso para medir su grasa corporal. El exceso de peso pone más estrés en la espalda.

Los expertos están de acuerdo de que los ejercicios regulares de fortaleza se deben enfocar en los músculos centrales que componen el abdomen y la espalda baja. Fortalecer los músculos centrales puede contribuir a una mejor salud de la columna vertebral y más protección contra las lesiones de la espalda. Cuando esos músculos centrales se contraen, estabilizan la columna, la pelvis y los hombros – y crean una base sólida de apoyo. Y eso es muy importante para realizar las actividades diarias, no solamente para los deportistas.

La pandemia ha aumentado el estrés y la ansiedad en nuestras vidas. Está demostrado que las situaciones estresantes, las preocupaciones y la ansiedad aumentan las contracturas musculares y, por tanto, el dolor de espalda. Las personas con estrés y ansiedad tienen más riesgo de que el dolor de espalda se cronifique.

El estado constante de alerta y angustia provoca que estemos más tensos, que aumenten las contracturas musculares y que se altere la manera que tenemos de afrontar el dolor. Esta situación prolongada en el tiempo está alterando los mecanismos del dolor. Las fibras nerviosas que transmiten el dolor al cerebro, trabajan de manera inadecuada, los estímulos que no deberían ser dolorosos comienzan a serlo, el dolor es más duradero de lo que debía ser y la intensidad con la que se transmite el estímulo tampoco es la adecuada.

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¿Para quién? ¿Que beneficios?

 

Con razón estamos enfocados en la protección contra las infecciones por la pandemia del covid-19, sin embargo no se debe olvidar de la importancia de mantener una columna vertebral sana.