¿El dolor puede altera la calidad de mi sueño?

¿Una mala calidad de sueño puede magnificar mi dolor?

 

 

Las afecciones musculoesqueléticas son las principales causas de discapacidad en todo el mundo. Las afecciones musculoesqueléticas son las causas más comunes de dolor severo a largo plazo y se caracterizan típicamente por limitaciones en la movilidad, destreza y capacidad funcional que afectan también la vida social y el animo, lo que disminuye la calidad de vida aún más. Además de esto, las personas que padecen afecciones musculoesqueléticas experimentan con frecuencia trastornos o problemas del sueño.

 

Los problemas del sueño, como el insomnio y la mala calidad del sueño, se encuentran entre las comorbilidades más comunes asociadas con diversas afecciones musculoesqueléticas. En adultos con dolor crónico de espalda o cuello, la prevalencia estimada de problemas de sueño es de aproximadamente 58,7%.

 

 

Mientras el dolor crónico y el insomnio crónico exacerban profundas consecuencias negativas en el individuo, cuando coexisten, su impacto combinado magnifica la pérdida de productividad y el sufrimiento personal. En comparación con los que solo experimentan dolor crónico, los que experimentan tanto dolor crónico como dificultades para dormir informan una mayor intensidad del dolor, más síntomas depresivos y mayor angustia.

El sueño y el dolor comparten una relación recíproca compleja, de modo que el dolor perturba la continuidad y la calidad del sueño y, a la inversa, el sueño deficiente puede exacerbar la intensidad del dolor. Las personas con afecciones musculoesqueléticas son propensas a padecer trastornos del sueño, por ejemplo, la incomodidad física asociada con el dolor puede interrumpir el sueño al aumentar el nivel de excitación interna de una persona. Además, la falta de sueño puede interrumpir varios procesos fisiológicos que luego pueden afectar negativamente la percepción del dolor y pueden empeorar el dolor al influir en el procesamiento de la señal del dolor, el umbral del dolor, la inflamación y la discapacidad. La interrupción del sueño puede contribuir directamente a un mayor procesamiento del dolor central, exacerbando el dolor diario, lo que crea un círculo vicioso de trastornos del sueño y dolor perpetuos.

 

https://chiromt.biomedcentral.com/track/pdf/10.1186/s12998-021-00381-6.pdf

La Quiropráctica y el dolor